Avisorando el futuro

Ya se encuentran borrosas imágenes del pasado, y el presente innovándose sigue. No existe suficiente dolor en aquella estaca, que me clavaban, llenando de miseria este pobre corazón.

Presente grato y transparente se presenta como agua en una isla que falta por explorar. Así a flote mis sentimientos, mis curiosidades, mis intrigas se van sumiendo en agua pura que tiene un caudal y transcurre por el camino bueno que da acogida a lo transparente, a las verdades que no dañan.

No se podría describir en estas líneas como me voy sintiendo, al presenciar tamaño cambio, aquel brote de felicidad, que me va sorprendiendo aun mas, y es justo ahora que se, que vivencie, que aprendí que el dolor, quema dentro del alma por una causa y después de tanta agonía se avecina la armonía, esa jugosa recompensa que durara vaciando así, el bote lleno de penosas angustias que no me dejaban ver las dulces gotas de la lluvia ahora caídas en una flor. Mi adolescencia a flor de piel.

Esas lagrimas que entumían mis ojos y obstruían el verdadero sendero de la alegría en mi juventud. Si tengo que agradecer, lo haría es mas lo gritaría a los cuatro vientos, que le debo mucho a las personas que en todo momento estuvieron conmigo:

En las buenas y en las malas.

En la alegría y en la agonía.

En mis triunfos y en mis fracasos.

En mis lucideces y en mis terquedades.

…Les debo, les debo mucho, si me dijeran que les diese lo más preciado de mi, les daría mi corazón, que es lo que me da existencia, lo partiría en trozos para dárselos, pero les pediría mil disculpas por no entregarles mi corazón entero, porque también muchas personas a lo largo de mi vivencias se lo fueron ganando.

Me demostraron la luz de sus almas, me ayudaron, me socorrieron, cuando ya no quedaba aliento de mí, me llenaron de fortaleza que ya estaba debilitada. Les daría mi ser porque todas aquellas personas me formaron, me instruyeron a no sentirme jamás vencida, que con esfuerzo puedo alcanzar lo que me propongo.

Me moldearon, como un barro y lo hicieron con delicadeza mas no con brusquedad, si les soy sincera les diría que los tengo presente (a todos ellos, a todas ellas) les agradeceré hasta la muerte y mucho después.

Soy como la botella de vino, me pueden tomar cuando quieren, porque se lo merecen, saborearan mi dulces gotas, y se endulzaran el alma, si caen en la melancolía, yo los aliviare con mis alegrías y risas.

Hoy puedo susurrar que  me identifico con el mar, voy a la deriva y a mi paso me topo con personas que me  brindan su generosidad, su gran amistad, su comprensión y su compañía.